Buenas,
hoy que es sábado, vuelvo al tema de las preguntas. Hace un tiempo comenté mi punto de vista sobre lo “bueno” que es preguntar siempre el porqué de algo (o preguntarse a uno mismo el porqué). Y como las preguntas suelen ser el punto de partida de muchos proyectos, hoy toco otro tema delicado: las preguntas capciosas.
Una forma elegante de comenzar el post sería:
La Real Academia Española define capciosa como:
capcioso, sa. (Del lat. captiōsus).
1. adj. Dicho de una palabra, de una doctrina, de una proposición, etc.: falaces (‖ embusteras, falsas).
2. adj. Dicho de una pregunta, de una argumentación, de una sugerencia, etc.: Que se hacen para arrancar al contrincante o interlocutor una respuesta que pueda comprometerlo, o que favorezca propósitos de quien las formula.
Pero como mis posts distan de ser elegantes, voy a atarme a la 2da opción y decir que este tipo de preguntas suelen ser PREGUNTAS CON TRAMPA. Por ejemplo:
Ayer festejamos un cumpleaños con mi mujer y hoy, mientras buscaba una forma sutil de que me haga el almuerzo le dije que ella fue la mamá más bonita del cumple. En ese momento, me soltó un bumerang que me dejó helado:
- - ¿Eso lo decís porque me quieres o porque era la más linda?
Mis 8 años de casado me hicieron saltar la alerta de peligro al estilo spiderman, porque las 2 respuestas tienen trampa.
- - Si le dijo que la quiero mucho, me dice que entonces no era la más bonita que a quien más estaba viendo, etc….
- - Si le digo que era la más bonita, me saca el tema de que no la quiero, de que la tengo abandonada, etc …
En ambos casos termino comprando un regalo caro para pasar el mal rato y en el peor de los casos durmiendo en el ático. Y todo por una simple pregunta …
Una vez más el poder de una pregunta bien hecha es algo que no solemos valorar. El caso donde más aplica en nuestra profesión, es cuando tenemos delante nuestro a una persona funcional que aporta desde el punto de vista funcional información a un proyecto.
Como no solemos “hablar el mismo idioma” es muy importante aprender a llevar una conversación que nos permita equilibrar el mensaje entre las 2 partes. Hay muchas técnicas para esto; por ejemplo la escucha activa, y otras que seguramente merecen estar en un blog de sociología no en uno técnico.
Volviendo a las preguntas con trampa, un ejemplo de las mismas es el siguiente:
Muchas veces he participado en conversaciones donde a los 5 minutos de hablar con un cliente, escucho la frase “¿entonces montamos un sitio web para esto?”, cuando todavía no teníamos claro el QUÉ o todavía no habíamos descifrado la necesidad real de un cliente. En este caso estamos predisponiendo a nuestro cliente con un factor que a él no tiene que importarle: la implementación de la solución … aunque claro, lo llevamos en las venas.
Mi recomendación es aprender a escuchar, y no solo de la forma tradicional. Apunta 30 minutos semanales a leer algo más que apuntes de tecnología …. un cambio de aires siempre nos ayuda a mejorar profesionalmente.
PD1: otra opción es tener niños, lo de los niños nos abre la cabeza de una manera impresionante. Si te quieres evitar el trastorno de conseguir novia, esperar los 9 meses, etc. Yo te presto los míos todo un fin de semana !!!!
PD2: he comprado el regalo caro 
Saludos @ Home
El Bruno
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